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Quien sueña y sobrevive, vuelve herido desde el más allá, desde la muerte
Sueña el gato que es soñado por un oso o por un perro. Y en sus sueños, el osooperro devora al gato de un zarpazo. El gato no tiene casi tiempo de enterarse, pero se entera. El osooperro no tiene tiempo para remordimientos: los animales no lo tienen, ¿por qué habrían de tenerlo? Sólo el humano vive, muere y mata en exceso.
El osooperro tiene un sueño hermoso. El gato una pesadilla. Y el mismo sueño, para un saltamontes, es solo un sueño.
El gato intenta despertar al osooperro en su propio sueño, diciendo: --¡osooperro!¡osooperro! despierta, o me comerás en tus sueños!!!
El osooperro replica riéndo: --Bueno, pero despierta tú, o te comeré en TU sueño.
Y el gato despierta sonriendo, pensando para sus adentros “que buenos los osos o los perros que nos cuidan cuando estamos muriendo o durmiendo”.
Se encuentra en su lomo con un rasguñón, por supuesto. ¿Quién dijo que de los sueños se vuelve ileso?
Los hermosos gatos somnolientos son de Lou Romano. No duden en pasar a visitarlo.
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Hace 15 años